Al hijo querido hazle viajar - 可愛い子には旅をさせ


   Viajar al extranjero es el sueño de todo japonés. Sueño cumplido del 13 al 22 de Febrero por las catorce jóvenes (nueve no cristianas y cinco católicas) que vinieron con Paula y conmigo de peregrinación a Portugal. 




   Como el año pasado, hicimos la ruta de los cuatro emisarios japoneses del siglo XVI, incluyendo Nazaré y Vila Viçosa. Al ser la mayoría estudiantes de portugués, conocer Portugal y practicar el idioma eran acicates importantes, sin embargo lo que nos llamó la atención fue la inquietud de todas por conocer el Cristianismo. 

   ¿Cómo resumir diez días llenos de descubrimientos, experiencias, encuentros, sorpresas y retos?

   Lo primero que os puedo decir es que la apertura de corazón, sencillez y colaboración de  todas las chicas nos sorprendió. Las cinco católicas, por turnos, nos ayudaron en la oración de cada mañana: canciones, Palabra de Dios, experiencia personal y oración conmunitaria. 

   Desde el primer día, al ver a una de ellas compartiendo la fe tan espontáneamente, todas quedaron impactadas. La profundidad y a la vez la sencillez en la expresión de su fe hizo que los temas de cada día: Descubrimiento, Amor de Dios, María, Encuentro, y Una vida para los demás, se les hicieran cercanos y asequibles. 

   Al final de cada día, por grupos, todas escribían su reflexión y compartían con mucha espontaneidad sobre el tema y lo que les había ayudado. Para nosotras, fue una alegría grande el constatar que el espíritu misionero y el deseo de dar a conocer a Jesús no se ha enfriado en el corazón de los católicos japoneses. 



   Por otra parte, las no cristianas eran como esponjas que con interés absorbían todo. Entiendo por qué Francisco Javier veía con esperanza que Japón sería el país más católico de toda Asia. Las persecuciones no dejaron que su sueño se hiciera realidad; no obstante la fe católica siguió creciendo en la oscuridad hasta que salió a la luz después de 240 años en forma de los cristianos ocultos. Éste es el increíble país en que Jesús nos ha puesto y que nos confía.

   En el último día de peregrinación comprobamos el increíble trabajo del Espíritu y de la Virgen de Fátima en cada una de sus vidas. Todas querían seguir conociendo a Jesús y el Cristianismo a través de las actividades programadas: compartir la experiencia de Portugal con familiares y amigos; asistir a la actividad conmemorativa del terromoto y tsunami de Tohoku 11-Marzo-2011; participar en la reunión que hemos bautizado con el nombre: “Los japoneses y el Cristianismo”; unirse a la peregrinación Corea-Japón en verano y al voluntariado en Filipinas el año que viene. 

   Ójala todo esto se pueda dar, pero sabemos que lo más importante es el cuidado paciente y cariñoso por cada uno.


   A través de Portugal y de nuestras pobres vidas Dios ha abierto mentes, horizontes, ha hecho experimentar cosas nuevas y ha vuelto corazones a Él. “Al hijo querido hazle viajar”, nunca nada mejor dicho.   

   Gracias y contamos siempre con vuestra oración.

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